Antes de contaros el desarrollo de la experiencia, me gusta compartir con vosotros cuál es mi opinión sobre la implicación de las familias en la escuela.
Creo que los padres tienen derecho a saber qué hacen en clase y cómo lo hacen. De igual manera que los llamamos para exponerles los aspectos negativos (comportamiento, actitud, rendimiento...) de sus hijos, también deberíamos convocarlos para decirles los aspectos positivos, los logros que van consiguiendo, cómo van progresando y en qué. Este pequeño detalle establece un vínculo de confianza y complicidad que favorece esta relación tan necesaria y tan olvidada por parte de todos.
También pienso que tanto nosotros los maestros, como los padres, deberíamos intentar tener una relación más cercana, mostrar más confianza los unos en los otros, porque en realidad, lo único que nos importa y a lo que nos debemos dedicar incondicionalmente, es en la educación de los niños y niñas. Y para que todo sea más fácil y más coherente, debemos trabajar juntos.
Desde hace algunos meses, tengo la gran suerte de conocer "virtualmente", gracias a las redes sociales, a Óscar González, un gran maestro que está muy implicado en mejorar el tema de las relaciones de las familias con las escuelas. Me compré su libro y lo he releído varias veces. ¡Es magnífico! Porque además de plantear y enumerar los problemas que existen en la sociedad, en las escuelas y en las familias, también propone muchas estrategias para solucionar si no en su totalidad, sí en parte, esta deteriorada relación. Recomiendo este libro a los maestros y también a los padres.
Después de este inciso, os voy a contar nuestra experiencia.
Desde que Valeria supo que su padre vendría a clase para contarnos en qué consistía su trabajo, estaba nerviosa, contaba los días impaciente y, al mismo tiempo, se sentía orgullosa y muy contenta porque "su papá" iba a explicar el tema de Ciencias Sociales. Yo les comenté que un policía local nos enseñaría muchas más cosas y de una forma más divertida que yo.
Nuestro invitado especial se preparó muy bien la actividad. Comenzó realizando una serie de preguntas y supo dirigir muy bien "la lluvia de ideas". Los niños y niñas de mi clase son muy participativos y casi no le dejaban "ni respirar". No veía el momento de concluir un tema y pasar a otro.
La parte más divertida fue cuando interpretaron dos situaciones que se vive a diario en las calles de nuestra ciudad: Un accidente, una multa por aparcar mal un vehículo, discusiones entre conductores y/o peatones y cómo la policía local resuelve estos conflictos.¡Hasta aprendimos a poner multas!
En este vídeo resumimos la actividad. Esperamos que os guste.
Educación vial. from Ángeles Lara on Vimeo.
En varias sesiones posteriores, dibujamos lo que más nos gustó de la experiencia e incluso, algún que otro alumno, expresó su opinión personal.
Desde este humilde rinconcito que es nuestro blog, quiero dar las GRACIAS al papá de Valeria y a todos los demás papás y mamás que se están animando a formar parte de este pequeño proyecto que está comenzando a dar sus primeros pasos.
Para terminar me gustaría trasladaros el entusiasmo de los niños y niñas que muestran los niños y niñas ante la participación de su familia en clase. A partir de esta, todos me decían: "Seño, mi padre es bombero, ¿cuándo puede venir?, ¿Y mi madre?....". Ya estamos planificando la siguiente "visita".
¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
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